_Sin bueyes el granero está vacío; mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan. Proverbios 14:4_
Si tú quieres una vida tranquila y sin esfuerzo, no te atrevas a soñar. Este es el mensaje del texto de hoy. Para que haya abundancia de cosecha y los graneros estén siempre llenos, es necesario tener bueyes que, por supuesto, implican tiempo para cuidarlos, trabajo para alimentarlos y esfuerzo para enseñarles a arar la tierra. Sin esfuerzo no hay bueyes, y sin bueyes no hay abundancia.
Hay muchas personas que están sentadas en las escalinatas de la vida, viendo pasar el tren que lleva a los vencedores. El otro día me encontré con una persona de 30 años que me mostró, en el papel, un proyecto que podría traer beneficio, satisfacción y dinero.
-¿Que harás para poner esos planes en acción? -le pregunté.
-Dinero -fue la respuesta-. Exige mucho dinero.
-¿Ya buscaste a alguien que quiera invertir en ese proyecto?
-No -dijo-. Estoy orando para que Dios me envíe a alguien que pueda ver las ventajas de este plan.
Ningún sueño funciona, a menos que tú lo hagas funcionar. Aquella persona colocaba todo “en las manos de Dios”, pero olvidaba que él también tenía manos. Ahora bien, si Dios te dio manos es porque espera que tú hagas algo. ¡Busca a Dios, sí! Búscalo todos los días. Consulta con él, busca la orientación divina. No olvides que tú puedes hacer más en una hora con Dios, que en una vida entera sin él. Después de buscar la fuerza que viene de Dios, sal a la lucha. No continúes arrodillado, esperando que Dios “te envíe a alguien”. Toca las puertas, gasta las suelas de tus zapatos, suda la camisa, crea oportunidades.
Es verdad que algunas pocas personas vencen porque un día se les presentó una oportunidad extraordinaria, pero la mayoría de los vencedores realizó sus sueños porque se propusieron hacerlo. La persona que aprende a depender de Dios, crea las oportunidades. No las encuentra por casualidad.
Hoy es un nuevo día. Corre detrás de tus sueños. Con una mano toma el brazo poderoso de Dios y, con la otra, trabaja incansablemente, sin temor, valerosamente. Por más que las circunstancias te parezcan adversas, a pesar de que puedes estar herido por algún golpe que la vida te dio, no te quedes con los brazos cruzados, esperando. Trabaja; porque “sin bueyes el granero está vacío; mas por la fuerza del buey hay abundancia de pan”.